Tempus fugit (rajando Assassin's Creed)
Dicen algunos necios que el tiempo que pasamos delante de un videojuego no sirve para nada. Falso, a parte de mejorar nuestros reflejos y agudeza visual, sirve para algo más básico y necesario, divertirnos. El problema viene dado cuando el juego en cuestión resulta monótono, frustrante, injugable y aburrido a más no poder. Es en esos casos cuando tenemos la sensación de estar malgastando un tiempo precioso que podríamos invertir en tareas más productivas... En mi caso he perdido 17 horas de mi vida con Assassin's Creed (AC) y ha sido claramente una de las experiencias videojueguiles más desafortunadas que recuerdo, a la altura de atrocidades tales como Perfect Dark Zero o Manhunt, por citar un par.
(Nota: A partir de este punto contiene spoilers tremebundos).
Lo cierto es que me resulta difícil de creer que un título tan trabajado tecnológicamente (magistral) esté por contra tan descuidado a nivel jugable (aunque en la next-gen sucede a menudo). Y me entristece profundamente, porque cuando lo probé en su día en el E3 tenía pinta de revolucionario. El problema es que los 5 minutos que pude saborear son el juego al completo. AC repite el mismo patrón una y otra vez, sin ofrecer ningún tipo de variación, sin aliciente alguno. Llega a la ciudad de marras, encuentra el refugio de los asesinos, súbete a una atalaya, corre hacia un objetivo/misión, haz un par o 3 de ellas (siempre iguales), regresa al refugio, cárgate al tipejo y escapa de los guardias. Eso es todo, multiplícalo por 9 y tenemos AC. La única variedad se produce al final del juego, cuando se transforma en un beat 'em up, obligándonos a luchar contra montones de enemigos para que podamos avanzar, todo un prodigio de diseño propio de la era de los 16 bit. Y ya ni hablemos del combate contra el último malo maloso, que parece sacado de algún Prince of Persia.
Otro de los enormes problemas del juego es lo inconexo que resulta de principio a fin, culpa de su terrible hilo argumental, sus constantes "saltos de memoria" (solución cutre-salsichera donde las haya) y las absurdas secuencias intermedias que tienen lugar en el "mundo real". El trasfondo histórico, que podía parecer interesante, está tan mal llevado que te da totalmente igual lo que está sucediendo, y para colmo al final añaden "poderes mágicos" al asunto, perdiendo por completo la poca credibilidad (y el sentido) que podía tener la historia.
Ni siquiera el personaje de Altaïr resulta mínimamente interesante, o su yo futuro. Tampoco tenemos una sensación de evolución de nuestras capacidades, únicamente aumenta nuestra barra de sincronización (léase vida) y nos regalan alguna "arma nueva"(en las bulliciosas ciudades de AC no se puede comprar NADA, ni hablar con nadie). Si desde un principio podemos subirnos a la torre más alta de Jerusalén, ¿qué aliciente presenta este juego? ¿tan complicado era añadir una simple barra adicional de resistencia que fuera aumentando? por favor... Además controlar nuestras acciones es tan automático en todo momento que nunca sentiremos el reto de escalar un edificio. Lo mismo ocurre con los combates, lentos y soporíferos, parecen más bien una clase de ballet medieval.
Creo que Ubisoft Montreal (estudio sobrevalorado donde los haya) no ha acertado en ningún aspecto jugable, al contrario. Cuando pienso en AC únicamente recuerdo su excelente motor gráfico y como trataron de crear una especie de experiencia primitiva de juego (por calificarlo de alguna forma) a su alrededor. Pensaba que la crítica exageraba pero tras sufrirlo en vivo y en directo creo que se quedan muy cortos... no es un juego de un 6, es un desastre bíblico de un 2 pelado, uno de los peores títulos que he jugado en mi vida, un auténtico asesinato al entretenimiento. Únicamente Michel Ancel con BG&E2 puede lograr que piense en invertir de nuevo mi tiempo en otro juego de Ubisoft.