La impotencia videojueguil
En la sección "Something about Japan" del número pasado de Edge, Koji Aizawa comenta algo que le está ocurriendo a él, a sus amigos, a mi y a mucha gente que conozco que lleva más de 15 años en esto... los japoneses lo han llamado "Game ED" (erectile dysfunction) y vendría a ser una impotencia mental en nuestro mundillo, aunque puede extenderse a otros ámbitos del entretenimiento como el cine, etc.
¿Qué sucede? Las novedades no nos llenan, apenas jugamos a nada y si lo hacemos es por inercia o incluso a desgana, criticamos todos los juegos que salen... nuestro apetito videojueguil ha decaído y únicamente un juego entre un millón nos llama la atención, alguna frikez sorprendente que el resto del público ignora o simplemente nos limitamos a jugar a títulos retro o juegos simples de XBLA/PSN/DS, etc.
Nos hemos vuelto demasiado exigentes, parece que lo hemos jugado todo y ya nada puede sorprendernos. A medida que los videojuegos se vuelven algo cotidiano, aceptado por la sociedad, nos sentimos cada vez más arrinconados y con menos ganas de jugar. ¿Estará condenada nuestra generación?
Personalmente sigo divirtiéndome, o como mínimo desconectando, con varias de las novedades que salen, pero es cierto que la mayoría de ellas me saben a poco, a más de lo mismo. Muy pocos juegos me sorprenden y sí, tal vez algunos los compro por inercia o por digamos, "obligación", porque tengo toda la saga y quiero uno más, puro coleccionismo.
Dudo que a la larga abandonemos nuestra afición, ya sea porque nos ha marcado desde pequeños o simplemente porque algunos intentan vivir de ello, pero dentro de 10 años, mientras el resto del planeta está enchufado a la 1080WooStaTion, nosotros seguramente estaremos rejugando las joyas de Saturn que teníamos en el desván.