Resident Evil: Extinction
Contiene algunos spoilers, pero así os ahorráis verla.
Hay películas malas, muy malas y luego está Resident Evil: Extinction. Si la primera y segunda entrega ya fueron una experiencia traumática para todos los fans del videojuego, Paul Anderson vuelve a demostrar que todavía puede escribir un guión más lamentable que el anterior. En esta ocasión decide tirar por el camino fácil y hacer que el mundo entero ha sido víctima del T-Virus, dando lugar a un escenario postapocalíptio del estilo Mad Max, infestado de zombies y con Umbrella como amos y señores del planeta.
Alice (Milla Jovovich) vuelve a repartir estopa desde la primera escena, pero cuidado, ahora cuenta con poderes sobrenaturales, que por suerte apenas utiliza en toda la película. La acompañarán dos nuevos personajes de la saga, Claire Redfield (que no se parece en nada a su alter ego digital) y Carlos Olivera (que se parece más a Chris Redfield, seguramente porque Paul Anderon se confundió de personaje). Juntos se enfrentarán a un puñado de zombies, un ataque masivo de cuervos y poco más, mientras que Alice deberá hacer frente por si sola al patético "enemigo final", mezcla de Tyrant y Dr. Birkin. Para terminar de liarlo todo, Wesker también aparece por ahí, como máximo responsable de Umbrella (??) y la verdad es que el actor que lo interpretaba en la intro de RE1 resultaba más creíble.
Típicos combates acrobáticos, clichés de serie B, efectos especiales del montón, diálogos inexistentes, publicidad indirecta de Sony a gogó (me faltó una PS3), todos los ingredientes que esperaba encontrar. Por suerte en 80 minutos se termina el sufrimiento y aunque el final queda abierto, no tendría demasiado sentido realizar una secuela tras ver la última escena (pero seguro que la harán).
Lo más triste de todo, es que en el caso de RE, la saga videojueguil va por el camino de parecerse a su versión cinematográfica: pura acción y guión inexistente. Por lo menos Paul Anderson todavía mantiene los zombies!